¿Cómo se fotografió la primera bomba atómica?

¿Te imaginas cómo sería ver una explosión nuclear en vivo y en directo? ¿Qué tipo de cámara se necesita para capturar ese instante tan fugaz y devastador? Estas son algunas de las preguntas que nos planteamos después de ver la película Oppenheimer, el último éxito de Christopher Nolan.

La película nos cuenta la vida de Robert Oppenheimer, el físico que lideró el proyecto que creó la primera bomba atómica en 1945. Cillian Murphy interpreta a este personaje complejo y contradictorio, que tuvo que lidiar con las implicaciones morales y políticas de su invento.

Pero más allá de la historia personal de Oppenheimer, la película también nos muestra el impresionante desarrollo tecnológico que supuso la bomba para su época. Y entre todas las tecnologías involucradas, hay una que suele pasar desapercibida: la fotografía.

¿Por qué es tan difícil fotografiar una explosión atómica?

Fotografiar una explosión atómica es muy difícil por varias razones. En primer lugar, tenemos la velocidad con la que ocurre, pero también está el problema del calor, la radiación y la intensa onda de choque posterior. Veamos más en detalle cada uno de estos aspectos.

Una explosión atómica ocurre en una fracción de segundo, lo que significa que se necesita una cámara con una velocidad de obturación muy alta para capturar el momento exacto. Además, la luz emitida por la explosión cambia con rapidez, lo que dificulta ajustar la exposición.

¿Cómo se fotografió la primera bomba atómica?

Por otra parte, este tipo de explosiones son muy peligrosas para la seguridad la salud y la seguridad de las personas y los equipos. Por eso, se necesita una cámara con una distancia focal larga y un ángulo de visión estrecho para poder acercarse al sujeto sin estar en riesgo.

Aun así, la cámara puede sufrir daños, pues la radiación, el calor y las ondas de choque que pueden dañar o destruir la cámara y el operador. Por eso, se necesita una cámara con una carcasa resistente que evite el sobrecalentamiento, y la aísle de las tremendas condiciones externas.

Fotografía en el corazón del infierno

La prueba Trinity, la primera bomba atómica detonada en el desierto de Nuevo México, fue fotografiada por un equipo de científicos y fotógrafos del Laboratorio Nacional de Los Álamos, liderado por Berlyn Brixner.

Brixner fue un físico y fotógrafo que trabajaba para el Proyecto Manhattan, que diseñó y construyó cámaras especiales capaces de capturar la explosión nuclear con una velocidad de obturación de hasta 1/100.000 de segundo.

Estas cámaras se colocaron en diferentes lugares y ángulos alrededor del sitio de la prueba, a una distancia segura de la radiación y el calor. Algunas cámaras se controlaban de forma remota, mientras que otras se activaban automáticamente por sensores de luz o sonido.

Brixner y su equipo utilizaron un total de 52 cámaras para fotografiar la prueba Trinity, que produjeron más de 10.000 imágenes. Estas imágenes revelaron detalles sobre el comportamiento de la bomba atómica y sirvieron para medir la potencia y el tamaño de la explosión, que se estimó en unos 19 kilotones de TNT.